Una sociedad sin honradez
Cuando hacemos las cosas apegados a la moral esto nos
indica que somos personas honradas y que estamos actuando bien.
Pero cuando jueces, diputados, senadores, ciudadanos... de un país pierden la honra no hay nada que buscar, esto quiere decir que será una sociedad donde sobreabundaran delincuentes, corruptos, comerciantes de la justicia y sobre todo será un país lleno de gente que querrá tener mucho dinero y bienes materiales al precio que sea.
Significa que si hay una buena remuneración económica de por medio posiblemente no importara la magnitud del crimen que cometió el individuo, porque en menos de lo que usted se imagina el estará en las calles interactuando con los demás ciudadanos como una persona común y corriente.
Pero cuando jueces, diputados, senadores, ciudadanos... de un país pierden la honra no hay nada que buscar, esto quiere decir que será una sociedad donde sobreabundaran delincuentes, corruptos, comerciantes de la justicia y sobre todo será un país lleno de gente que querrá tener mucho dinero y bienes materiales al precio que sea.
Significa que si hay una buena remuneración económica de por medio posiblemente no importara la magnitud del crimen que cometió el individuo, porque en menos de lo que usted se imagina el estará en las calles interactuando con los demás ciudadanos como una persona común y corriente.
Usted se dará cuenta de que
este no es tan normal como se lo imaginaba cuando el cometa su próximo crimen, es entonces cundo bajo un inmenso
asombro usted se enterara de que el sujeto es reincidente.
el seguro volverá a
la justicia pero al cabo de un tiempo estará de nuevo en las calles
claro! si tiene dinero para pagar, porque si no cuenta con suficientes recursos económicos para saldar la posible fianza que le impondrán las autoridades para que así pueda supuestamente resarcir el daño causado a la sociedad o persona, el imputado corre el riesgo de
continuar sepultado bajo la sombra de los barrotes de la cárcel.
Los que conforman el Sistema Judicial dominicano al ver que ellos están como chivos sin ley hacen lo que mejor les parece, pues cada vez son menos los que reclaman por las injusticias, debido a que la gente desconfía de que se vayan aplicar las leyes con la debida eficacia y muchas veces los agraviados entienden que en realidad no vale la pena, porque el hecho de ver lanzar a diario a las calles a delincuentes a cambio del pago de grandes sumas de dinero ya se ha vuelto parte de la cotidianidad dominicana.
Los ciudadanos serios que existen al final van escaseando, pues lamentablemente los que no tienen principios morales solidos terminaran tomando el mal ejemplo de corrupción de quienes les gobiernan.
Por eso no podemos asombrarnos cuando vemos que se cometen tantos actos inhumanos, ya casi no se observa en la mayoría esa calidad humana de la que tanto se hablaba en tiempos atrás y por lo que se reconocía a los dominicanos en el exterior, se resaltaba el alto sentido de solidaridad para con los demás, inclusive hasta hacia los desconocidos, hoy el panorama es otro y ya no somos ni sombra de lo que éramos. Solo debemos rogarle a Dios para que los dos o tres que quedan conservando la sensatez no la pierdan por completo.
Si todos perdemos el equilibrio vamos rumbo al abismo y esta sociedad solo la salvara el señor Jesucristo, cuando las sociedades se vuelven incontrolables es cuando Dios toma el control de las mismas, como ocurrió en los tiempos de Sodoma y Gomorra, y del profeta Noé, porque cuando Dios vio que las cosas se habían salido de control entonces decidió intervenir, en la actualidad todo indica que no estamos lejos de la llegada del Señor a establecer un reino de justicia en esta tierra.
Los que conforman el Sistema Judicial dominicano al ver que ellos están como chivos sin ley hacen lo que mejor les parece, pues cada vez son menos los que reclaman por las injusticias, debido a que la gente desconfía de que se vayan aplicar las leyes con la debida eficacia y muchas veces los agraviados entienden que en realidad no vale la pena, porque el hecho de ver lanzar a diario a las calles a delincuentes a cambio del pago de grandes sumas de dinero ya se ha vuelto parte de la cotidianidad dominicana.
Los ciudadanos serios que existen al final van escaseando, pues lamentablemente los que no tienen principios morales solidos terminaran tomando el mal ejemplo de corrupción de quienes les gobiernan.
Por eso no podemos asombrarnos cuando vemos que se cometen tantos actos inhumanos, ya casi no se observa en la mayoría esa calidad humana de la que tanto se hablaba en tiempos atrás y por lo que se reconocía a los dominicanos en el exterior, se resaltaba el alto sentido de solidaridad para con los demás, inclusive hasta hacia los desconocidos, hoy el panorama es otro y ya no somos ni sombra de lo que éramos. Solo debemos rogarle a Dios para que los dos o tres que quedan conservando la sensatez no la pierdan por completo.
Si todos perdemos el equilibrio vamos rumbo al abismo y esta sociedad solo la salvara el señor Jesucristo, cuando las sociedades se vuelven incontrolables es cuando Dios toma el control de las mismas, como ocurrió en los tiempos de Sodoma y Gomorra, y del profeta Noé, porque cuando Dios vio que las cosas se habían salido de control entonces decidió intervenir, en la actualidad todo indica que no estamos lejos de la llegada del Señor a establecer un reino de justicia en esta tierra.
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