Nuestras acciones



 Johanny  Jiménez

Aunque muchas veces ni siquiera  nos percatamos a través de nuestras acciones de una u otra forma  podemos ofrecer en determinado momento algún tipo de  beneficio o perjuicio  a aquellos que nos rodean.

   Por ejemplo aquel árbol que sembraste en el patio de tu casa con la intención de algún día cosechar sus frutos, hoy  es la sombra debajo de la cual se cobija el gato de tu vecina y donde las aves han plantado su nido. 

Mientras que la mata de mango que sembró una señora que no llegaste ni siquiera  a conocer  ya que en ese entonces tu ni soñabas vivir en  ese lugar con los  frutos de ese árbol que ella cultivo tú  has saciado el hambre en más de una ocasión.

 Aquellas ropitas que tus niños han ido dejando y que le regalaste a la madre que vive en  frente de tu casa han sido las únicas piezas de vestir con las que cuenta esa progenitora  para cubrir el cuerpecito de su  infante.

 Aquel plato de comida que le brindaste a tu amiga cuando visito tu casa un día  fue el único alimento que ella tuvo oportunidad de  ingerir  ese día.  

 Y es que indiscutiblemente en nuestros pasos por la vida  vamos realizando acciones buenas o malas   que a veces  consideramos insignificantes pero que de una u otra forma podrían ser de utilidad o perjuicio  para  quienes nos rodean, esto a veces  ocurre sin  que  nos  percatemos de lo  que estamos haciendo.

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