El perro Aldo
Por Johanny Jimenez
johannypad01@hotmail.com
¿Con cuántas personas odiosas nos encontramos en el
transcurso de nuestras vidas? Aun no lo sabemos; pero lo que si podemos atrevernos a decir es
que mayormente estas personas son de muy pocos amigos y que muchas veces por su
forma de proceder hacen que se les alejen muchas oportunidades, esto es normal que
ocurra con los seres humanos pero que ocurra con un perro no es algo muy usual.
Ambar, es una adolescente que desde muy temprana edad siempre
soñó con tener un perro, sin embargo sus padres nunca estuvieron de acuerdo.
Cuando Ambar cumplió 17 años manifestó a sus progenitores su
deseo de recibir como regalo de cumpleaños
un perro. Finalmente la madre de la
joven accedió y le dijo que si pero que la mascota debía permanecer en la parte
exterior del hogar y que entonces lo que procedía era que ella convenciera a su padre de la
idea, la joven así lo hizo pero su progenitor nunca le dio un sí rotundo, no
obstante días después de su cumpleaños Ambar sorprendió a todos en la casa y se
apareció con un hermoso y simpático cachorro el cual le había obsequiado una
amiga suya del colegio, pus ella tenía varios
en su hogar y les estaba buscando albergues.
Según palabras de Ambar cuando ella llego a la vivienda de
su amiga para escoger a quien sería su mascota el que más llamo su atención fue
uno de color marrón al cual ella manifiesto que se le acerco y el mismo se mostró con total indiferencia
hacia su persona; sin embargo hubo uno que la accedió y comenzó a lamerla y casi le brinca encima lo
que hizo que inmediatamente Ambar desistiera de llevar consigo a aquel cachorrito de color marrón
que era el que inicialmente había llamado su atención. Confiesa que Aldo como
ella lo llamo le robo el corazón con su simpatía. Y hoy todos los miembros de su hogar lo aman y sobre
todo su progenitor el cual fue quien mayormente no estaba de acuerdo con esta adquisición
suya.
El caso ocurrido con este cachorro es un buen ejemplo para
los seres humanos. Siempre lo he manifestado todo cuanto nos rodea por
insignificante que nos parezca puedes dejarnos alguna moraleja que bien podemos
aplicar a nosotros mismos o específicamente a alguien y esta es para aquellas
personas antisociales para que decidan cambiar de actitud nunca es tarde para
hacerlo, quien sabe cuántas cosas se perderán en esta vida simplemente por su
manera de proceder.
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