La misma sociedad que cuestiona es la que empuja a muchos al abismo

Por: Johanny Jimenez
johannypad01@hotmail.com

A diario se ven en los medios de comunicación decenas de titulares en donde se citan  personas que a pesar de poseer una edad muy avanzada aparecen involucradas en hechos delictivos, lo cual inmediatamente despierta la reacción de la gente y los medios. Todos cuestionan y condenan a los involucrados en estos casos ya que por lo general se espera que los mayores sean el ejemplo. No se concibe que una persona envejeciente esté involucrada en negocios ilícitos y otros tipos de actos criminales.

 No es que justifique estos hechos, pero sería oportuno revisarnos como sociedad ¿qué oportunidad de empleo están ofreciendo las empresas a los de edad avanzada?. Aquí un ejemplo de lo que expreso. En días pasados una señora de 41 años fue por recomendación de su cuñado a una sucursal de una reconocida heladería del país con la esperanza de un empleo, ya que este le comento que necesitaban personal para vender helados sin embargo esta fue rechazada. Días después se enteró por medio de su pariente que no había calificado para el puesto por su edad oh! Dios figúrense ustedes para vender helados… ¿Cuál cree usted que será el mensaje que se le está enviando a esta señora y a otras personas que igual que ella han pasado por esta misma experiencia será que se dediquen a delinquir para poder llevar el pan a su mesa?

Esto está pasando a pesar de que nuestra constitución establece en su artículo 39 toda las  personas nacen libre e iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las instituciones, autoridades y demás personas y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, color, edad. Discapacidad. Vinculo familiares. Lengua. Religión opinión política o filosófica, condición social o personal. En consecuencia 1) la República condena todo privilegio y situación que tienda a quebrantar la igualdad de las dominicanas y los dominicanos en quienes no deben existir otras diferencias que las que resulten de sus talentos o de sus virtudes.


 Es muy lamentable que la misma sociedad la cual es la primera en levantar el dedo acusadora sea uno de los
 principales cómplices que empujen y lleven a muchos a hundirse en el lodo.

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