Compra en el Super Mercado Bravo: Mi experiencia

 





johannypad01@hotmail.com

 Hace mucho tiempo que algunos  amigos  venían comentándome  respecto a los buenos precios y calidad que según ellos ofrecía el Super Mercado Bravo.

Les confieso que yo para salir del paso  exclamaba: ¿Es verdad? Al tiempo que les aseguraba que un día estaría visitando las instalaciones del establecimiento comercial.

No obstante cuando llegaba el momento de realizar mis compras optaba por dirigirme a cualquier Super Mercado  que estuviera localizado cerca del area  donde resido. 

Por fin, el  23 de diciembre del 2020 me anime a visitar una de las  sucursales del  tan recomendado súper mercado Bravo en la Avenida Independencia.

 Pensándolo bien que día el que  escogí para ir al centro comercial, pues tomando en cuenta que nos encontrábamos en víspera de la celebración de Noche Buena, el flujo de personas que buscaba abastecerse de provisiones para la preparación de la cena más importante del año era bastante grande. a raíz de esto los carritos para cargar los alimentos se agotaron totalmente.

Unos minutos más tarde me percate que era necesario realizar una larga cola para así intentar conseguir uno, fue entonces cuando me coloque en dentro de la fila, no obstante cuando habían  transcurrido unos segundos termine desesperándome y desistí,  opte  por adquirir una cantidad mínimas  de alimentos.  

Una de mis hijas me acompañaba y entre ambas tomamos en nuestras manos algunos productos


alimenticios, pero aun así no logramos  abarcar gran cosa.

Para mi sorpresa cuando nos encontrábamos en una de las  filas con la intención de pagar  los alimentos que habíamos podido cargar nos encontramos con unas personas extremadamente amables, de estas que hace mucho tiempo no veíamos, hasta el punto  que quedamos asombradas y fascinadas a la vez con tales seres humanos.

Se trataba de una pareja de esposos quienes se encontraban esperando su turno en la larga fila para pasar a caja a pagar.

Ellos muy atentos nos ofrecieron su carrito de compra, para que en un pequeño espacio que les quedaba libre pudiésemos colocar nuestros alimentos, los cuales sosteníamos entre los brazos, se dieron cuenta que se nos hacía incómodo.

  Pero  como si esto fuera poco, cuando les llegó el turno a ellos de realizar su pago nos concedieron el turno que les correspondía a ellos a nosotras para que pagásemos primero que ellos.

Durante el  largo periodo de tiempo en espera dentro de la fila, entre estas personas , así como también con  otro joven que se encontraba detrás de nosotros, surgió una conversación tan amena que cualquiera que nos viera pensaría que nos conocíamos desde hacia ya mucho tiempo.

En aquel momento pudimos corroborar que afortunadamente no todo está perdido, porque  algunos aún conservan esa calidad humana y don de gente, algo que por mucho tiempo ha sido considerado como un sello distintivo  con el  que se ha logrado siempre identificar a cientos de dominicanos radicados en diversos confines de la tierra.

 Les cuento amigos que previo a esto mientras nos encontrábamos en uno de los pasillos cayó al piso una funda de pan que mi hija sostenía entre sus brazos y sorprendida nos quedamos cuando de repente una hermosa dama, que pasaba se inclinó, recogió la funda y la devolvió a mi hija.

  Después de que ambas  dimo las  gracias a la dama por tan linda  acción, luego de que esta se  retiro y después de que yo regañe a mi hija jejeje por haber dejado caer al piso el alimento, dijimos: "wao, increíble que gentil, a pesar de que era mujer". Si, a pesar de que era mujer, pues a veces lamentablemente las féminas no suelen ser muy amables con las de su género, ironía de la vida porque se supone que debería ser lo contrario, pero aquí si ocurrió una gran excepción.

Cuando llego por fin  nuestro turno y nos acercamos a pagar mi sorpresa fue la mejor, pues vi que para los productos  adquiridos no había pagado una suma elevada de dinero, fue entonces cuando corrobore lo que por tanto tiempo me habían dicho, que en este súper mercado no se abusaba con los precios asignado a los alimentos.

Precisamente aquellas personas gentiles  con las que habíamos estado  conversado cuando agotábamos nuestro turno en la  fila, precisamente  hacían alusión a lo bueno que era el establecimiento, además aseguraban que sus propietarios son  religiosos y que era debido a esto  que los mismos eran generosos con los precios. 

En realidad no sé si los propietarios del Supermercado Bravo pertenecen   o no a algún tipo de religión, pero lo cierto es que solo cuando  el amor de Dios abunda dentro de nuestros corazones pensamos  en el bienestar del prójimo.

 Quiero que sepan que aun sin  carrito la experiencia fue grata, porque encontrarnos con personas con tanto don de gente fue algo que nos dejó un dulce sabor, sobretodo en estos tiempos en donde vemos que muchos a raíz de la llegada del COVID - 19  se han dejado arrastrar por el pesimismo reflejando un rostro de pocos amigos, hasta el punto que podríamos llegar a pagar muy caro el simple hecho de tratar de articular unas cuantas palabras con ellos en determinados momentos.

Lo Crea  usted o no a veces los lugares se impregnan de las mismas energías que poseen  quienes los administran.

Bueno, quizás  ustedes dirán que ya esto es  un ensayo literario, pero no podía dejar de decirles, que uno de estos días después  arreglarme el pelo en el salón de belleza que suelo  visitar, el cual  se



encuentra ubicado  precisamente  dentro de la misma plaza donde hay una sucursal del Súper mercado la Sirena, una vez concluí   quise aprovechar para comprar unas cuantas cositas, y cuando mire el reloj vi que no era muy temprano, y que dentro de unos minutos entraría en vigencia el toque de queda por lo que si perdía mucho tiempo sabia que cerrarían, fue entonces cuando me dispuse a comprar en el  referido establecimiento el cual me quedaba precisamente a unos cuantos kilómetros antes de llegar al Bravo y como solo necesitaba una tres cosas opte por adquirirlas  aquí, el caso es que mis hijas aprovecharon para  hacer algunas diligencias, acordamos que  al concluir ellas pasarían a recogerme.

 Cuando me encontraba  próximo a trasladarme  a realizar mi pago a caja ellas me llaman por teléfono  informándome que ya se encontraban en los alrededores del parqueo del establecimiento, les dije que me esperaran un momento que ya casi concluía, discúlpenme por esto, pero me da la impresión que la mayoría de las cajeras del centro comercial la Sirena que se encuentra en esta plaza nunca actúan con mucha agilidad a la hora de facturar a los clientes sus productos, yo solo iba a realizar el  pago de uno tres productos, llevaba unos minutos largos esperando en fila y cuando ya casi correspondía mi turno y el de otras personas, la cajera nos comenta: “aquí  solo se paga con tarjeta” eso  después de que ya habíamos agotado un largo turno.

Procedí a trasladarme  a otra caja a esperar mi turno, miraba el reloj y veía que el tiempo


transcurría y  la cola no avanzaba mucho, frente a mí se encontraba una señora que llevaba  en su carrito una cantidad de productos mayor que los yo tenia,  susurre : Dios esta fila no avanza y para colmo me están esperando.

 Al salir del establecimiento antes de llegar a casa debía llevar a mi hija a su residencia, y luego regresar  a mi hogar, ya me estaba  desesperando. La señora que se encontraba  frente a mí en la fila me comento: " ¿tu solo vas a pagar eso"? Le dije si, con la certeza de que hacia la pregunta para concederme el turno, pero luego de la interrogante ella  guardo silencio y procedió a realizar su pago, por cierto ella se demoró un poco mas de lo debido por el motivo de que uno de sus productos no tenía el  código correspondiente.

Tocaba entonces el turno a  un joven, fue cuando le  dije:  ¿Usted me permite pasar que yo solo voy a pagar esto Me dijo: "yo también solo voy a pagar esto", guarde silencio y en mi mente recreaba lo que había vivido aquel día en el  Súper Mercado Bravo, increíble pero cierto! como dos situaciones habían sido tan distintas.

La verdad es que aunque fuese sin carrito me hubiese gustado mejor haber estado comprando en el Súper Mercado  Bravo.

No crean que he recibido algún tipo de remuneración económica por lo cual  que me haya motivado a realizar esta nota, no señor, esto lo hago porque vivimos en una sociedad en donde nos encanta viralizar los acontecimientos  negativos de nuestro entorno y poco se habla de los hechos positivos  que nos ocurren en diversas ocasiones, pero sepan ustedes qué quien estas líneas escribe #johannyjimenezperiodistard  marca la diferencia, porque  me encanta divulgar las buenas  acciones y don de gente de las personas. Reconozco que no todo a mi paso serán siempre acontecimientos  positivos; pero yo finalmente prefiero  quedarme con aquellas acciones bonitas de quienes me rodean.

 ¿ Y tu porque no lo haces también?  Únete  y resalta el comportamiento  y las cosas positivas de los demás. 

 

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