Compra en el Super Mercado Bravo: Mi experiencia
Hace mucho tiempo que algunos amigos venían comentándome respecto a los buenos precios y calidad que según ellos ofrecía el Super Mercado Bravo.
Les confieso que yo para
salir del paso exclamaba: ¿Es verdad? Al tiempo que les aseguraba que un día estaría
visitando las instalaciones del establecimiento comercial
No obstante
cuando llegaba el momento de realizar mis compras optaba por dirigirme a cualquier Super Mercado que estuviera localizado cerca del area donde resido.
Por fin, el 23 de diciembre del 2020 me anime a visitar una de las sucursales del tan recomendado súper mercado Bravo en la Avenida
Independencia.
Pensándolo bien que día el que escogí para ir al centro comercial, pues tomando en cuenta que nos encontrábamos en víspera de la celebración de Noche Buena, el flujo de personas que buscaba abastecerse de provisiones para la preparación de la cena más importante del año era bastante grande. a raíz de esto los carritos para cargar los alimentos se agotaron totalmente.
Unos minutos más
tarde me percate que era necesario realizar una larga cola para así intentar conseguir uno, fue entonces cuando me coloque en dentro de la fila, no obstante cuando habían transcurrido unos
segundos termine desesperándome y desistí, opte por adquirir una cantidad mínimas de alimentos.
Una de mis hijas me acompañaba y entre ambas tomamos en nuestras manos algunos productos
alimenticios, pero aun así no logramos abarcar gran cosa.
Para mi
sorpresa cuando nos encontrábamos en una de las filas con la intención de pagar los alimentos que habíamos podido cargar nos
encontramos con unas personas extremadamente amables, de estas que hace mucho tiempo no veíamos, hasta el punto que quedamos asombradas y fascinadas a la vez con tales seres
humanos.
Se trataba
de una pareja de esposos quienes se encontraban esperando su turno en la larga
fila para pasar a caja a pagar.
Ellos muy
atentos nos ofrecieron su carrito de
compra, para que en un pequeño espacio que les quedaba libre pudiésemos colocar
nuestros alimentos, los cuales sosteníamos
entre los brazos, se dieron cuenta que se nos hacía incómodo.
Pero como
si esto fuera poco, cuando les llegó el
turno a ellos de realizar su pago nos concedieron el turno que les correspondía
a ellos a nosotras para que pagásemos primero que ellos.
Durante el largo periodo de tiempo en espera dentro de la fila, entre estas personas , así como también con otro joven que se encontraba detrás de
nosotros, surgió una conversación tan amena que cualquiera que nos viera pensaría que nos conocíamos desde hacia ya mucho tiempo.
En aquel momento pudimos
corroborar que afortunadamente no todo está perdido, porque algunos aún conservan esa calidad humana y don
de gente, algo que por mucho tiempo ha sido considerado como un sello distintivo con el que se ha logrado siempre identificar a cientos de dominicanos radicados en diversos confines de la tierra.
Les cuento amigos
que previo a esto mientras nos encontrábamos en uno de los pasillos cayó al
piso una funda de pan que mi hija sostenía entre sus brazos y sorprendida nos
quedamos cuando de repente una hermosa dama, que pasaba se inclinó, recogió la funda y la devolvió a mi hija.
Después
de que ambas dimo las gracias a la dama por tan linda acción, luego de que esta se retiro y después de que
yo regañe a mi hija jejeje por haber dejado caer al piso el alimento, dijimos:
"wao, increíble que gentil, a pesar de que era mujer". Si, a pesar de
que era mujer, pues a veces lamentablemente las féminas no suelen ser muy
amables con las de su género, ironía de la vida porque se supone que debería
ser lo contrario, pero aquí si ocurrió una gran excepción.
Cuando llego
por fin nuestro turno y nos acercamos a
pagar mi sorpresa fue la mejor, pues vi que para los productos adquiridos no había pagado una suma elevada de dinero, fue entonces cuando
corrobore lo que por tanto tiempo me habían dicho, que en este súper mercado no
se abusaba con los precios asignado a los alimentos.
Precisamente aquellas personas gentiles con las que habíamos estado conversado cuando agotábamos nuestro turno en la fila, precisamente hacían alusión a lo bueno que era el
establecimiento, además aseguraban que sus propietarios son religiosos y que era debido a esto que los mismos eran generosos con los precios.
En realidad
no sé si los propietarios del Supermercado Bravo pertenecen o no a algún tipo de religión, pero lo cierto es
que solo cuando el amor de Dios abunda
dentro de nuestros corazones pensamos en
el bienestar del prójimo.
Quiero que sepan que aun sin carrito la experiencia fue grata, porque encontrarnos con personas con tanto don
de gente fue algo que nos dejó un dulce sabor, sobretodo en estos tiempos en
donde vemos que muchos a raíz de la llegada del COVID - 19 se han dejado arrastrar por el pesimismo reflejando un rostro de pocos amigos, hasta
el punto que podríamos llegar a pagar muy caro el simple hecho de tratar de articular unas
cuantas palabras con ellos en determinados momentos.
Lo Crea usted
o no a veces los lugares se impregnan de las mismas energías que poseen quienes los administran.
Bueno, quizás ustedes dirán que ya esto es un ensayo literario, pero no podía dejar de decirles, que uno de estos días después arreglarme el pelo en el salón de belleza que suelo visitar, el cual se
encuentra ubicado precisamente dentro de la misma plaza donde hay una sucursal del Súper mercado la Sirena, una vez concluí quise aprovechar para comprar unas cuantas cositas, y cuando mire el reloj vi que no era muy temprano, y que dentro de unos minutos entraría en vigencia el toque de queda por lo que si perdía mucho tiempo sabia que cerrarían, fue entonces cuando me dispuse a comprar en el referido establecimiento el cual me quedaba precisamente a unos cuantos kilómetros antes de llegar al Bravo y como solo necesitaba una tres cosas opte por adquirirlas aquí, el caso es que mis hijas aprovecharon para hacer algunas diligencias, acordamos que al concluir ellas pasarían a recogerme.
Cuando me encontraba próximo a trasladarme a realizar mi pago a caja ellas me llaman por teléfono informándome que ya se encontraban en los alrededores del parqueo del establecimiento, les dije que me esperaran un momento que
ya casi concluía, discúlpenme por esto, pero me da la impresión que la mayoría de las cajeras del centro
comercial la Sirena que se encuentra en esta plaza nunca actúan con mucha agilidad a la hora de facturar a los clientes sus productos, yo solo iba a realizar el pago de uno tres productos, llevaba
unos minutos largos esperando en fila y cuando ya casi correspondía mi
turno y el de otras personas, la cajera nos comenta: “aquí solo se paga con tarjeta” eso después de que ya habíamos agotado un largo
turno.
Procedí a trasladarme a otra caja a esperar mi turno, miraba el reloj y veía que el tiempo
transcurría y la cola no avanzaba mucho, frente a mí se encontraba una señora que llevaba en su carrito una cantidad de productos mayor que los yo tenia, susurre : Dios esta fila no avanza y para colmo me están esperando.
Al salir del establecimiento antes de llegar a
casa debía llevar a mi hija a su residencia, y luego regresar a mi hogar, ya me estaba desesperando. La señora que se encontraba frente a mí en la fila me comento: " ¿tu solo vas a
pagar eso"? Le dije si, con la certeza de que hacia la pregunta para concederme el turno, pero
luego de la interrogante ella guardo silencio y procedió a realizar su pago, por cierto ella se demoró un
poco mas de lo debido por el motivo de que uno de sus productos no tenía el código correspondiente.
Tocaba entonces el turno a un joven, fue cuando le dije: ¿Usted me permite pasar que yo solo voy a pagar esto? Me dijo: "yo también solo voy a pagar esto", guarde silencio y en mi mente recreaba lo que había vivido aquel día en el Súper Mercado Bravo, increíble pero cierto! como dos situaciones habían sido tan distintas.
La verdad es
que aunque fuese sin carrito me hubiese gustado mejor haber estado comprando en el Súper
Mercado Bravo.
No crean que he recibido algún tipo de remuneración económica por lo cual que me haya motivado a realizar esta nota, no señor, esto lo hago porque vivimos en una sociedad en donde nos encanta viralizar los acontecimientos negativos de nuestro entorno y poco se habla de los hechos positivos que nos ocurren en diversas ocasiones, pero sepan ustedes qué quien estas líneas escribe #johannyjimenezperiodistard marca la diferencia, porque me encanta divulgar las buenas acciones y don de gente de las personas. Reconozco que no todo a mi paso serán siempre acontecimientos positivos; pero yo finalmente prefiero quedarme con aquellas acciones bonitas de quienes me rodean.
Así es el súper mercado bravo tienen buenos precios y buenas calidad.
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